Chantal Thomass (n. 1947) es una diseñadora de moda
íntima de referencia mundial, y una firma de culto en Francia. Fue la primera
en subir una colección de lencería a las pasarelas de moda en 1970.
Espíritu reivindicativo y transgresor, creó polémica cuando exhibió maniquíes-modelos en los escaparates de las Galerías Lafayette. La marca ha pasado por dos crisis, cambiando de capital, del que actualmente conserva un porcentaje y la dirección artística. Colabora en diversas ONG’s.
Además de en lencería, la marca ha aparecido en gafas,
paraguas, perfumes, Coca-Cola Light, Nivea, teléfonos móviles, bolsos, bisutería,
y hasta en un Jaguar.
Inoxcrom obtuvo la licencia “Chantal Thomass” como un
guiño hacia el mercado femenino francés. Por tratarse de una serie corta, se
decidió hacer “de marquistas” y comprar el producto en China, en vez de
modificar algún modelo propio como se venía haciendo con otras licencias.
Se trata de una serie de cinco plumas y bolígrafos en
base de latón, lacados en las tendencias cromáticas de la diseñadora: Negro,
Rojo, Blanco perla, Plata y “Media de Malla Negra”. Van equipados con una borla
negra (excepto para el “negro”, que la tiene roja)
Acercando las plumas y obviando las borlas:
Se trata de una pluma pequeña y de carga por cartucho
(solo admite uno), que pide a gritos que se le monte el capuchón en la contera
antes de escribir, si no queremos que se nos escape dentro de la mano.
Aún así, el capuchón monta con muy poca interferencia y
es fácil desprenderlo al escribir.
Como decimos, se trata de una pluma de latón, de cuerpo y
capuchón en barrilete, con terminales simulando ligueros. El del capuchón – de
cierre por click – tiene un taladro para el amarre de la borla.
El cuerpo rosca
por delante a una sección que, lamentablemente, clama su procedencia estándar china. En la zona
metálica que realiza el cierre, lleva escrito “Chantal Thomass - PARIS” en gris-azulado.
Para el plumín, que podía haber sido el ubicuo pequeño de
Inoxcrom, se eligió un IPG (Iridium Point Germany) de baja calidad.
Nada que decir sobre las capacidades escritoras de estos
plumines, salvo que en breve se les desgasta el punto, pero en cuanto a la calidad,
ésta brilla por su ausencia. Puede verse que el punzonado del agujero tiene
rebaba, los pequeños cráteres de la superficie dicen poco del laminado, y el
grabado es tenue y descentrado. En algunos ejemplares el corte sobrepasa el
agujero.
Podían haber elegido un IPG (*), pero uno con mas calidad.
Mostramos uno clónico, de una pluma de quiosco de prensa a 7€, claramente mejor.
A veces conviene no abaratar tanto los costes.
Los estuches simulaban una sombrerera atada con lazo.
La Licencia solo tuvo esta colección, que tenía
bolígrafos a juego.
(*) Referente a los plumines IPG, la mayoría son chinos y
existen al por mayor en todas las calidades. El marcaje “GERMANY” tan solo
implica que un porcentaje del metal duro, que no contiene más que trazas de
Iridio, ha debido comprarse en Alemania. Así de laxa es la normativa internacional.
Miguel Huineman
Se agradece a quienes han prestado sus colecciones para
fotografía, y a quienes han aportado datos sobre el origen de la pluma.
Los datos biográficos, fotos personales y logotipo de
Chantal Thomass se han sacado de Internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario